15 de noviembre de 2021

Apicectomía. ¿Qué es y cuándo debe realizarse?

Gracias a la apicectomía, los dentistas podemos salvar las piezas dentales dañadas y conservar el buen estado bucodental del paciente. Te preguntarás en qué consiste este tipo de técnica odontológica y a qué problemas orales puede dar solución.

Los tratamientos aplicados en odontología conservadora permiten preservar los dientes originales. Tanto si sufres daño dental como si presentas una afección periodontal que cursa con infección, los tratamientos de odontología conservadora y la cirugía oral nos permitirán dar solución a tu problema. A continuación, te hablamos sobre ello.

¿Qué es una apicectomía?

Una apicectomía es una técnica quirúrgica transmaxilar que permite anular la raíz del diente dañado y limpiar los tejidos gingivales que lo rodean y tengan infección. Este tratamiento tiene como principal objetivo salvar el diente.

Si una endodoncia no es viable o es insuficiente como técnica conservadora, debemos recurrir a este tipo de tratamiento. Ahora te preguntarás ¿en qué consiste?

Se trata de una cirugía mediante la que se despega el tejido gingival y se deja expuesto el hueso maxilar que da soporte al diente. Así, retiramos el tejido dañado y rescindimos el ápice de la raíz dental.

Tras esa primera fase del proceso, acondicionamos el conducto radicular para rellenarlo con un producto específico de sellado para el uso oral. En concreto, con un material de trióxido agregado (MTA).

Posteriormente, se sutura la zona de la encía sobre la que se ha hecho la incisión. En unos meses, la infección desaparecerá y la estructura ósea que rodea el ápice de la raíz dental tratada se curará.

¿En qué casos se realiza una apicectomía?

Una apicectomía se lleva a cabo cuando es imposible controlar la infección dental con otros tratamientos conservadores como la endodoncia. A veces, soluciones tan recurridas como la endodóntica, que utilizamos para dar respuesta a problemas cotidianos como las caries profundas o fracturas, no aseguran la permanencia del diente original.

Aunque en el 90% de los casos las endodoncias son exitosas, en algunas pocas ocasiones, la infección no se logra controlar. A pesar de realizarse de forma adecuada, algunas veces, este tipo de intervenciones no garantizan el control de un proceso infeccioso en su totalidad. Normalmente, el fallo endodóntico acontece cuando existe una presencia de agentes infecciosos muy resistentes a las terapias aplicadas.

Si el proceso infeccioso no se consigue corregir y se forma un quiste o granuloma radicular, la solución en este tipo de casos es la realización de una apicectomía. Gracias a ella, podemos salvar las piezas dentales y devolverles la funcionalidad perdida.

Aunque, en alguna ocasión es inviable mantener la pieza dental original y se necesita recurrir a la exodoncia. ¿En qué casos se hace necesaria una extracción de la pieza dañada?

  • Si el diente presenta falsos conductos o está fracturado.
  • Cuando la infección sea muy grave o presente sangrado abundante.
  • Si la estructura ósea maxilar está afacetada por la infección.
  • En el caso de que la raíz del diente presente un daño muy importante.
  • Cuando la zona afectada se encuentra cerca del seno maxilar.

Como has podido observar, con la odontología conservadora es más fácil preservar la salud de los dientes originales. Salvar el diente es el objetivo prioritario.

¿Qué es una apicectomía?

¿Cuándo está contraindicada la apicectomía?

Como ya sabes, la apicectomía es una solución a la que se recurre en casos de odontología conservadora. No obstante, a veces, no se dan las circunstancias idóneas para poder realizarla. Te explicamos los principales factores que ponen en riesgo su aplicación:

  • Presentar sintomatología asociada a la enfermedad periodontal avanzada, es decir, periodontitis.
  • Tener problemas de coagulación que interfieran en un control hemorrágico adecuado.
  • Haber sufrido fracturas dentales de tipo longitudinal.

Siempre es necesario, que sea un profesional cualificado quien realice una evaluación del estado oral del paciente. Se debe disponer de un diagnóstico personalizado para poder dar una respuesta eficiente. Todos los tratamientos periodontales precisan un análisis exhaustivo para valorar su viabilidad.

Por ese motivo, es recomendable que se realicen radiografías y sondajes periodontales. Así, se podrá conocer con exactitud el estado de las piezas dentales y de la estructura gingival del paciente. Es preciso descartar cualquier tipo de incompatibilidad.

Fases del tratamiento

Si la apicectomía es el tratamiento más idóneo para salvar las piezas originales del paciente ¿Cómo hacemos este tipo de intervención? ¡Fíjate en los pasos!

  • Primero aplicamos anestesia local. Así, insensibilizamos la zona a tratar y evitamos que el paciente sienta dolor.
  • A continuación, hacemos una incisión en la encía, junto a la zona que presenta infección.
  • Luego, accedemos a la estructura ósea y descubrimos el ápice de la raíz del diente mediante la eliminación de la cantidad de hueso adecuada.
  • Después, para extraer el ápice, hacemos un corte y facilitamos el drenaje de la estructura infectada.
  • Ahora ya se puede sellar el conducto dental con MTA y así evitar las posibles filtraciones y una reinfección.
  • Para finalizar, se sutura la incisión y la encía queda lista para su regeneración y su pronta recuperación.
  • Tras algunos meses, la estructura ósea estará curada y la infección habrá desaparecido.

Como has podido ver, la apicectomía es una intervención sencilla pero muy especializada. Su gran ventaja es la de poder conservar los dientes originales a pesar de la infección.

Apicectomía. Fases del tratamiento

¿Cómo es el postoperatorio?

Ponerse en manos de un profesional especializado y capacitado para desarrollar este tipo de cirugía periodontal es crucial. La precisión define los resultados.

La duración de la intervención suele oscilar entre 60 y 90 minutos. Además, para su desarrollo se precisa contar con un equipamiento avanzado. Por ello, es importante que recurras a un centro odontológico de prestigio.

Una vez finalizada la cirugía y pasadas algunas horas, es normal que el paciente pueda presentar cierta inflamación en la zona intervenida. Para evitar las molestias, los odontólogos recetamos algún remedio farmacológico específico.

En realidad, no es un procedimiento muy doloroso, ya que se trata de una cirugía poco invasiva. Pero, se deben seguir unas pautas de cuidado para evitar posibles complicaciones.

Dos semanas después de la operación, las suturas serán imperceptibles y la zona comenzará a regenerarse. Pasados seis meses, los tejidos ya estarán totalmente recuperados.

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